martes, 17 de noviembre de 2009

Sexo en lugares públicos


- Hacer el amor en lugares públicos
Da un giro a tus costumbres sexuales
¿Cuál es el mejor lugar para hacer el amor? La cama, por supuesto. Pero de vez en cuando no hay nada mejor que tentar a tu pareja a salir de la rutina. Hacer el amor en lugares públicos es una fantasía muy común y realizada. El riesgo de que te descubran y saber que estás haciendo algo que no está bien mezclan la sensación de miedo con la excitación y aumentan el placer. Si tienes ganas de enriquecer tu vida sexual y de hacerla más abierta, prueba con pequeños juegos eróticos, pero evita llevarlos a cabo en hora punta.

Hacer el amor al aire libre
La playa, el parque de al lado de casa, el mar, el bosque… Deja que tu imaginación juegue, sobre todo, en cuanto al lenguaje corporal: siente el frescor de la brisa en tu piel, el roce de la hierba fresca, ¡la llamada de la naturaleza! Vuestros cuerpos enlazados crean una osmosis perfecta y estar al aire libre bajo las estrellas o bajo un cielo azul inmaculado es sencillamente embriagador.
Sigue este consejo para disfrutar al máximo de vuestro paréntesis picantón: no te olvides del mantel o la toalla para que la arena o las espigas no te incomoden. Te llevarás un gran recuerdo además de grandes risas y un inmenso placer. Haz el amor al aire libre, te dará libertad, te desinhibirás, desafiarás todos los elementos y escucharás cómo habla tu cuerpo. Es el ambiente ideal para los arrumacos.

Hacer el amor medio a escondidas
El hueco de la escalera o el ascensor son los grandes clásicos masculinos para alcanzar el séptimo cielo. En el caso del ascensor, deberás comprobar que haya un botón de stop, a menos que seáis más rápidos que el viento.
La piscina pública, un parking mal iluminado, el coche, la oficina, el probador en rebajas con una cola interminable, los baños de un restaurante chic o del tren (sacudidas garantizadas), el cine… La lista es larga. El arte de hacer el amor en público reside en no ser pillados intentando llamar la atención y viviendo experiencias sexuales lo más estimulantes posibles. La complicidad con la pareja es esencial para estos jueguecitos de los que seguro que ambos os acordaréis. La cuestión está en ser o no ser vistos.
Consumar la relación a veces resulta delicado en algunos lugares demasiado indiscretos, por eso también puedes optar por la alternativa de la masturbación. Acariciaos mutuamente para volverle loco, hazle una felación debajo de la mesa o por debajo del mantel intentando ser lo más discretos posibles. ¡Empieza con una explosión de deseo y acaba con un recuerdo apasionado!

Reglas que no hay que olvidar
-Está muy bien juguetear y divertirse en público, pero nunca sobrepases el límite de la seguridad: el preservativo es indispensable si no conoces a la otra persona o si no has superado el test del VIH.
-Luego no digas que no te hemos avisado: infórmate acerca de si hacer el amor en lugares públicos está penado en tú país. En Francia, por ejemplo, el artículo 222-232 del Código Penal condena el exhibicionismo con penas de cárcel y 15.000 € de multa. Esto da que pensar antes de juguetear en según qué lugares. Por favor, dis-cre-ción.

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